Devocional:
Hijo mío, no te olvides de mi ley, y tu corazón guarde mis mandamientos; Proverbios 3:1
Estamos nuevamente comenzando otra semana, nuestra oración es que la dirección de nuestro Dios sea en cada una de nuestras vidas, y que en Su misericordia podamos hacer nuestras actividades con Su ayuda y bendición.
Empezamos otro capítulo del Libro de Proverbios, y como lo hemos dicho anteriormente, un padre está hablando a su hijo, dándole sabios consejos.
Podemos decir que, como hijos de Dios, Él siempre nos da sabios consejos para cada uno de nosotros.
En este verso encontramos dos consejos para cada una de nuestras vidas. La primera parte del verso nos pide no olvidar Su ley. El significado de olvidar es: perder la memoria, o el recuerdo de una cosa, sinónimos son: desatender, descuidar, postergar, abandonar, omitir, etc.
Creo que, algunos de nosotros, tenemos la tendencia de olvidar cosas, podemos olvidar dónde dejamos una cosa, una cita, un compromiso, hacer una llamada y aún dónde dejamos la Biblia; pero, en este pasaje, se nos pide no olvidar la Ley de Dios. La Nueva Traducción Viviente menciona esta parte del verso de la siguiente forma “hijo mío, nunca olvides las cosas que te he enseñado.”
Uno de los sinónimos que me llamó la atención de la palabra “olvidar” es descuidar. Creo que podemos correr el riesgo de olvidar la Palabra de Dios porque hemos descuidado leerla, estudiarla, y aún memorizarla.
Luego, la segunda parte del verso, el escritor le pide a su hijo que guarde en su corazón sus mandamientos. El significado de la palabra “guardar” es poner una cosa en un lugar para que no se pierda o para que se conserve en buen estado, o en el lugar donde le corresponde estar, evitando que desaparezca, se pierda o se altere.
Creo que la definición nos ayuda mucho para entender lo que Dios quiere que hagamos cuando se refiere a guardar Sus mandamientos, aunque la aplicación común que se hace es que, lo que Dios nos está pidiendo es obedecer Su Palabra.
Aplicación: Que podamos recordar y guardar Su Palabra en nuestras vidas.
Oración: Padre, ayúdame a no olvidar tu Palabra, que cada día pueda tener un encuentro con ella (Salmo 119:11), amén.
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