Devocional
7 La cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor, Proverbios 6:7
El escritor seguirá utilizando la ilustración de la hormiga como un ejemplo que el perezoso pueda ver, aprenda de ella y se motivado a dejar la pereza. El verso dice en la versión Reina Valera 1960 “La cual, no teniendo capitán, ni gobernador, ni señor,” la Nueva Traducción Viviente dice “A pesar de que no tienen príncipe ni gobernador ni líder que las haga trabajar,” y la Traducción en Lenguaje Actual dice “La hormiga no tiene jefes, ni capataces ni gobernantes.”
Algo que hace resaltar el escritor del Libro de Proverbios en este verso y en las diferentes versiones que hemos utilizado, es que las hormigas no tienen capitán, gobernador, líder, capataces, que las hagan trabajar; y aun así, ellas trabajan.
Una persona que es responsable con su trabajo, no necesita que alguien la esté animando, o empujando a que haga su trabajo. Lamentablemente este es un problema común entre las personas, el necesitar que alguien les esté empujando para llevar a cabo sus tareas.
Este problema de la pereza pueda afectar todas las áreas de nuestra vida, vida personal, vida laboral, vida matrimonial y aún nuestra vida como servidores de Dios y nuestro trabajo en la iglesia.
De Efesios 6:6-7, podemos aprender las siguientes enseñanzas: Pablo nos dice que no debemos servir al ojo, agradando a los hombres, sino que como siervos de Cristo debemos servir de corazón, sirviendo de buena voluntad al Señor y no a los hombres.
Aún el llamado lo podemos ver en 1 Corintios 10:31, donde dice “Si pues coméis o bebéis, o hacéis otra cosa, hacedlo todo para la gloria de Dios.” Nuestro trabajo o tareas que tengamos que hacer en cualquier lugar, deben hacerse para la gloria de Dios y no solo para agradar a los hombres.
Aplicación
Que como hijos de Dios podamos entender que nuestro trabajo o el llevar a cabo cualquier otra responsabilidad, lo debemos hacer con diligencia, como para el Señor, mayormente si es nuestro servicio a Él.
Oración
Padre, que pueda hacer todas las cosas para agradarte a ti y no a los hombres, amén.