APLICACIONES GENERALES:
Al estudiar Salmo 1:1-3, que han sido de mucha bendición para nuestra vida, meditaba en la situación que aún estamos pasando de la pandemia del Covid-19; Dios puso en mi mente y corazón, varias cosas que deseo compartirles:
Recordar que Dios sigue en control, Él es el Dios soberano y nuestras vidas están en Sus manos, en Él estamos seguros (Isaías 46:9-12).
El no podernos reunir en el templo, una o dos veces como solíamos hacerlo, no sea un obstáculo para que nuestra vida siga edificándose en Él y en Su Palabra, recuerdo la frase que se ha empleado en estos días “el templo está cerrado pero la iglesia no.” Que Jesucristo, el Señor de la iglesia, nos siga dirigiendo en todo lo que hagamos.
Que podamos recordar que Su presencia siempre está con nosotros y que Dios siempre es fiel, que no puede negarse a sí mismo como lo afirma 2 Tim. 2:7-13.
Pongamos de nuestra parte, un verso que Dios ha puesto en mi mente está en Eclesiastés 3:5b “tiempo de abrazar y tiempo de abstenerse de abrazar” y la aplicación es para este tiempo de la distancia social que nos piden que tengamos unos con otros; aún con aquellas personas que amamos, y que desearíamos expresar nuestro amor con un abrazo. Confiemos que vendrá el tiempo de abrazar en un futuro cercano.
Colaboremos con las disposiciones del gobierno, el uso obligatorio de cubre bocas o mascarillas no es para hacernos sentir mal. Esto es para nuestra protección y aún más para la protección de los demás. En Mt.22:34-40 se nos menciona el Gran Mandamiento “Amar a Dios” y luego a “nuestro prójimo” podríamos decir que el uso de mascarillas es una expresión de amor al prójimo.
Que esta experiencia de la Pandemia nos sirva para conocer mejor a nuestro Dios y que podamos decir como dijo Job después de la experiencia por la que pasó (Job 42:1-6) en especial el verso 5 “de oídas te había oído pero ahora mis ojos te ven” La Nueva Traducción viviente lo presenta de la siguiente forma:
“Hasta ahora solo había oído de ti, pero ahora te he visto con mis propios ojos.” Job 42:5. Si hay algo que tenemos que confesar al Señor lo hagamos porque Él es fiel y justo para perdonar nuestros pecados y limpiarnos de toda maldad (1 Juan 1:9).
ORACIÓN: Padre celestial, por favor ayúdanos a seguir adelante tomados de tu mano, amen.
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