
Devocional:
Oye, hijo mío, la instrucción de tu padre, y no desprecies la dirección de tu madre; Proverbios 1:8
Este verso nos presenta una hermosa imagen, el consejo de Salomón de parte de Dios a los hijos.
Oye la instrucción de tu padre.
No desprecies la dirección de tu madre.
Veamos la primera: oír la instrucción del padre. El significado de instrucción es la acción de instruir, proporcionar conocimientos, habilidades, ideas o experiencias a una persona para darle determinada formación, informar a alguien acerca de algo comunicándole avisos o reglas de conducta.
Como padres, tenemos la responsabilidad delante de Dios de instruir a nuestros hijos especialmente en el camino del Señor y esa responsabilidad nos confronta a tener conocimiento de la Palabra para poder transmitirlo a nuestros hijos. Y la responsabilidad como hijos es de oír, prestar atención con el propósito de ponerlo en práctica.
Luego la segunda parte del verso motiva a los hijos a no despreciar la dirección, la guía de la madre. Igualmente, la madre debe tener un conocimiento de la Palabra de Dios para que pueda dar dirección a los hijos y el hijo tiene la responsabilidad de no despreciarla, para estar de acuerdo a la voluntad de Dios.
Podemos resumir que la responsabilidad de la instrucción y dirección de los hijos es tanto del padre como de la madre, aún más, en un hogar monoparental la responsabilidad recae sobre el cónyuge que tenga a cargo los hijos, esta persona debe instruir y dirigirlos en la palabra de Dios.
La Biblia tiene palabras muy específicas en la tarea de los hijos, por ejemplo, Efesios 6:2-4, recordándole a los hijos de honrar a sus padres que es el primer mandamiento con promesa.
Aplicación: Que, como padres, con la ayuda de Dios podamos instruir y dar dirección a nuestros hijos y que como hijos oigamos y no despreciemos esa dirección.
Oración: Padre, ayúdame a cumplir con responsabilidad el rol como padre, o como hijo, amén.
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